El público mediocre de Roland Garros.

La gente mediocre disfruta viendo perder a los campeones, a los ganadores, a los luchadores. Esto ocurre desde tiempos de la Roma circense. Pero lo del domingo en Roland Garros es de nota. Ese público de clase media parisina a lo más que aspira es que un español pierda. Como verduleros celebraron con profusión la victoria de un tenista, que no conocen ni sus padres a la hora de comer. Que a cada punto del 25º del tenis aplaudían y saltaban. Todo eso, es bastante lamentable. Pero parece evidente. Porque ellos, fueron los que entronaron a un bajito trepa como Sarkozy. De siempre, he tenido admiración por el pais de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Y cuando pierden un avión en el Atlántico, lloro con ellos. Pero no voy a admitir que a todo un número uno como Rafael Nadal, un chaval humilde pero al tiempo, todo un campeón, se le ofenda en un torneo de la talla del Roland Garros.

Los campeones tienen derecho a perder y a levantarse. Pero también deben tener un respeto, aunque sea por los cuatro títulos consecutivos. Aunque sea porque es el número uno del tenis mundial. Aunque sea porque en Francia no tienen a nadie que le pueda hacer sombra. Un buen tipo que un día con su raqueta volverá a conseguir todos los records, porque lo ha demostrado. Ese público no merece ver jugadores de la talla de Federer o de Nadal.