Calle Santiago.

La calle Santiago asciende de la plaza de Jesús con suma estrechura, y antes de llegar a la Posada del 17 se abre a la derecha como queriendo citarse con San Antonio. La majestuosa portada del numero 19 se mezcla con numerosas casas adinteladas, que guardan el secreto de una historia. Hay puertas falsas que provienen de la Calle Reina, o principales que tienen salida por calle Mudo. En el suelo, aún queda la huella del antiguo ajetreo menesteroso.
Al cruzar la travesía de Santiago, en su máxima anchura, la calle vuelve a estrecharse como para que el caminante no se pierda en su ruta jacobea.
En la parte alta se muestra señorial. Nuevas construcciones la coronan, hasta llegar a la travesía de Enanos, donde la calle nos ofrece la vista de la sierra. Si volvemos la vista atrás comprenderemos que es la calle más extensa de toda la villa. La calle no termina ahí, sigue por su camino rumbo a la que un día fuera ermita del santo del mismo nombre. En sí, es como una enorme boa que se hubiera tragado el viento, el ruído. Un reloj que hubiera parado el tiempo, para que al salir volvamos a empezar.

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