De turismo por Torrecampo.

Torrecampo es un pueblo hospitalario y tranquilo. Sus siglos de historia han visto pasar a todo tipo de caminantes por el Camino Real, siendo la villa un buen sitio para descansar.
El viajero puede llegar en coche por cualquiera de las cinco carreteras de la localidad. Estas provienen de Puertollano, Conquista, Villanueva de Córdoba, Pozoblanco / Pedroche, El Guijo o San Benito. Si lo hace en autobús llegará a la calle Gracia, un paseo de construcción moderna, caracterizado por sus lugares de ocio (bares, pub y cafeterias).

Fuente: Elaboración propia.
Los pasos del viajero pueden adentrarse al centro de la villa por la calle Tiendas, para encontrar una zona de comercio, donde destacan los productos locales del ibérico de la zona. También pueden probarse algunos platos de la cocina cordobesa tanto en el centro como en un restaurante en pleno camino Real. Para el hospedaje existe una fonda y además, una casa rural situada a la afueras. En la villa encontrará numerosos ejemplos de casas adinteladas, muestra de la arquitectura civil en la que destaca el magnífico Museo del Moro. En la arquitectura religiosa encontramos a la Iglesia Parroquial con su torre, y dos ermitas. Una bajo la advocacion de Jesús Nazareno y otra de la Virgen de Gracia. Esta última guarda muestras de su pasado como sinagoga.
La calle Real y Jesús ofrecen una gran riqueza de fachadas de granito, entre la que destaco el arco conopial de la primera y la Casa del Pósito/Casa de la Cárcel. 
Si ascendemos por la calle Santiago podremos comprobar la senda del antiguo camino real.
El pueblo ofrece una gran variedad de rutas para caminar o hacer bicicleta. Andando, se puede hacer el camino del Prado, de apenas 7 kilómetros dirección a la ermita de la Virgen de Veredas. En ese lugar encontrará un maravilloso paisaje regado por el Guadamora. Si lo hace a bicicleta puede seguir la ruta de la Mesta dirección al Guijo y ver los antiguos restos romanos de Majadaiglesias.
La oferta cultural es variada a lo largo del año, aunque destacan sus fiestas patronales de Mayo y el Verano. El viajero no debe irse sin probar las migas (en otoño/ invierno) o la melocotonada (en verano), además del buen jamón de la zona.

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